APLICACIONES
DEL ADN RECOMBINANTE
Permite
además la posibilidad de utilizar plantas y alimentos transgénicos, así como
microorganismos modificados genéticamente para producir fármacos u otros
productos de utilidad para el hombre, entre los que se pueden citar: la
insulina humana, la hormona del crecimiento, interferones, la obtención de
nuevas vacunas o la clonación de animales. El uso de ADN recombinantes puede
también tener un impacto perjudicial que un uso inadecuado podría provocar en
el ser humano y en el propio planeta. Con el uso de ADN recombinante se ha
logrado obtener plantas transgénicas resistentes a insectos, hongos, bacterias
y herbicidas, con mejores características de calidad durante poscosecha y con
alto contenido nutricional. También ha permitido la clonación, expresión y
producción mediante esta técnica de diversos antígenos, por ejemplo, la vacuna
contra la hepatitis B5 y la vacuna contra el virus del papiloma humano.
El
proceso de producción de un ADN recombinante comienza con la identificación
desde un organismo de una secuencia de ADN de interés con el fin de propagarlo
en otro organismo que carece de la secuencia y, por ende, del producto proteico
de esa secuencia de ADN. Así se pueden producir cantidades ilimitadas de la
proteína codificada por el susodicho gen.
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