El cultivo de
embriones inmaduros consiste en la disección de los mismos bajo condiciones de
esterilidad y en su transferencia a un medio adecuado de cultivo bajo
condiciones controladas. En general, resulta fácil obtener embriones libres de
patógenos, ya que se encuentran protegidos dentro del medio estéril del ovario.
Antes de la disección y establecimiento in vitro, se debe proceder a
desinfectar superficialmente los ovarios, semillas y/o frutos que los
contienen. En el caso de semillas con tegumentos duros o gruesos, se las
sumergirá en agua durante uno o pocos días para luego utilizar soluciones
desinfectantes. Las semillas esterilizadas deben ser abiertas dentro de un
gabinete de flujo laminar. Los embriones inmaduros se remueven de la semilla y
se siembran en medio nutritivo estéril. En muchos casos, la disección de los
embriones se lleva a cabo bajo una lupa estereoscópica instalada dentro del
cuarto estéril. Durante la manipulación debe tenerse particular cuidado para
evitar daños mecánicos o deshidratación. El aspecto más importante del cultivo
de embriones es la composición del medio sintético de cultivo. Cuanto más joven
o inmaduro es el embrión, mayores son sus requerimientos nutricionales,
requiriendo sales inorgánicas y una fuente de hidratos de carbono (sacarosa),
diferentes combinaciones de vitaminas, aminoácidos, reguladores del crecimiento
y, en algunos casos, extractos naturales de endospermo, tales como agua de
coco. Dado que en general los embriones inmaduros se encuentran naturalmente embebidos
dentro del endospermo que los rodea, resulta recomendable adicionar compuestos
osmóticamente activos al medio de cultivo (por ejemplo, manitol).
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