3.4.1 Producción de
haploides: cultivo de anteras y óvulos
Los
métodos más ampliamente usados para la creación de haploides duplicados se
valen de la hibridación interespecifica o intergenetica, y de cultivo de
esporas (masculinas o femeninas). La alternancia de generaciones gametofiticas
y esporofiticas en las plantas superiores. Los granos de polen de la papa silvestre (Solanum phereja), contienen solo un núcleo generativo causado por
un gametogénesis anormal. Las células gametofiticas (microsporas o megasporas)
se puede inducir, en el cultivo, a abandonar su curso ontogenetico normal para
seguir una vía esporofitica que conduzca a la formación de esporofitos
haploides, el proceso se llama androgénesis cuando las microsporas originan
embriones y plantas y ginegenesis cuando tiene lugar en el cultivo de óvulos y
de ovarios (Bossoutrot y Hosemans, 1985).
La androgénesis, obtenida mediante el cultivo de anteras, es la técnica más
ampliamente usada para la inducción de haploides y ha demostrado tener gran
importancia para el fitomejoramiento.
Anteras mediante
esta técnica, las anteras inmaduras que contienen polen en una etapa especifica
de desarrollo se colocan en medios donde el polen inmaduro se divide para
formar embriogénesis o callo. Transferidos estos medios de regeneración, se
forman plantas. En la mayoría de los casos se producen plantas haploides
estériles, pero en algunas especies ocurre una duplicación espontanea de los
cromosomas en las etapas de desarrollo del callo y de regeneración de la
planta.
Condiciones
que afectan el cultivo de anteras
Genotipo
de las plantas donadoras, el genotipo es quizás el factor más importante que
afecta el cultivo de anteras. La variabilidad en la respuesta al cultivo de
anteras se ha hallado entre especies y dentro de ellas, y se ha demostrado la
heradabilidad de esta respuesta (Wenzel y
Uhrig, 1981). Dicha capacidad para el cultivo de anteras es particularmente
evidente en cultivares de arroz de los tipos Japónica e Indica, (Keller et al., 1987). Además de la
capacidad genotípica general para el cultivo de anteras, se han determinado, en
la cebada y en el trigo, rasgos heredados independientemente respecto a
componentes específicos de la androgénesis, como la inducción de callo y la
regeneración de plantitas (Wenzel ec al.,
1985; Lazar et al., 1984). Demostraron que ambos rasgos eran altamente
heredables.
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