Esta
plenamente comprobado que ocurren modificaciones genéticas en las células y los
tejidos cultivados in vitro. Muchas de estas modificaciones se manifiestan como
mutaciones heredables a las progenies de las plantas regeneradas. Este fenómeno
se conoce como variación somaclonal (Larkin
y Scowcroft, 1981).
La
variación somaclonal puede usarse, con muchas frecuencias, para recuperar la
variación genética natural de una variedad. La variación somaclonal es superior
también al mejoramiento por mutaciones inducidas puesto que en las plantas
regeneradas que derivan de células individuales, la ocurrencia de mosaicos es
mínima. En la mayor parte de los casos, por tanto, los somaclones pueden
estabilizarse en una generación; las mutaciones, en cambio requieren varias generaciones y retrocruces. La
variación somaclonal puede causar una variación temporal (epigenetica) o una
variación genética. Por definición, los cambios epigeneticos no se transmiten
meioticamente, razón por la cual no son útiles en el fitomejoramiento. Una
variación fenotípica tiene valor en el fitomejoramiento si proviene de una
verdadera modificación del material genético, (Meins, 1983).
El
origen de la variación no siempre es claro, y puede diferir entre una planta y
otra. Puede ser por ejemplo, reordenamiento cromosómico, considerando el principal mecanismo que
genera la variación somaclonal; puede deberse también a un entre cruce
(crosisng over) somático, a un intercambio de cromatidas hermanas, a una
alteración de los neoclotidos por multiplicación.
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