Luego de
retirar cuidadosamente el agar de las raíces para evitar dañarlas, los plantines
se enjuagan y se colocan en almacigueras con la mezcla de sustratos seleccionada
y cubiertos con nylon. Todos los días se
debe controlar el nivel de humedad en las almacigueras. Si es necesario, se
aplica un riego con una pulverizadora manual, para mantener un ambiente húmedo a nivel del sustrato. A los 15 días del
trasplante, se puede comenzar a levantar la cobertura de nylon en las horas de
menor calor( temprano en la mañana o en la última hora de la tarde). Al
comienzo las plantas se dejan media hora por día destapadas. A la semana
siguiente se dejan destapadas durante una hora. Al mes del trasplante, se dejan
tapadas durante la noche y si hay crecimiento de nuevas hojas, las plantas
pueden permanecer destapadas. Las condiciones del cultivo in vitro, generan
cambios en algunos aspectos anatómicos y fisiológicos de las plantas, por esta
causa, durante la aclimatación, los cambios deben ser muy graduales, para
minimizar el estrés y tener mayor tasa de sobrevivencia.
domingo, 28 de octubre de 2012
2.3.7.3 Trasplante y adaptación bajo condiciones de invernadero
Las plantas
enraizadas, deben ser aclimatadas a las condiciones de humedad del invernadero
disminuyendo progresivamente la humedad relativa e incrementando progresivamente
la intensidad de luz. Estos plantines se plantarán en contenedores (almacigueras) cubiertos por
un plástico, para mantener la humedad relativa elevada. La elección de un
sustrato con buenas características físicas,
es clave para el éxito de esta etapa. Para el trasplante, elegimos un sustrato
suelto, poroso, con mezcla de arena
turba, cáscara de arroz quemado, para permitir un desarrollo y crecimiento de raíces
muy rápido. Las mezclas son diferentes y
muy variadas de acuerdo a la especie con la que estamos trabajando.
Ø Crecimiento en
condiciones no controladas
Ø Exposición a
los patógenos y gérmenes del ambiente
Ø Humedad
relativa variable
Ø Estomas
funcionales
Ø Presencia de
pelos radiculares
Ø Presencia de
cera en la cutícula
2.3.7.2 Desinfección o esterilización del sustrato
Si el
fungicultor planea obtener producciones bajo un sistema de control absoluto y
libre de factores que puedan alterar la calidad
y la productividad, necesariamente tiene que realizar estos cultivos
sobre sustratos biológicamente descontaminados o libres de agentes que puedan producir los perjuicios señalados.
La única excepción la constituye el cultivo de ciertos hongos que se realiza directamente sobre Sustratos Naturales
como troncos y ramas, donde el hongo es inoculado directamente sobre los
sustratos el que no ha tenido ningún tipo de tratamiento para disminuir la
carga de agentes biológicos contaminantes. Esto se puede realizar sin problemas
por que en la incubación y gran parte del periodo de fructificación se permite
que el cultivo se realice con la corteza de los propios troncos. Esta corteza
constituye una barrera física y química muy
efectiva contra la invasión de hongos contaminantes. Sin embargo, a
pesar de lo anterior, muchos troncos se contaminan por los cortes (en la
superficie transversal), pero estas contaminaciones se consideran tolerables en
el cultivo.
2.3.7.1 Tipos de sustratos
Un medio ideal de propagación, debe estar provisto
de suficiente porosidad para permitir una buena aireación y una alta capacidad
de retención de agua, debe tener un buen drenaje y estar libre de patógenos (Hartmann et al., 1992).
Fibra de Coco: Tierra resultante del compostaje
de la corteza de coco. Su PH oscila entre 5,6 y 6,6, es decir se trata de una
tierra ácida.
Tierra de Castaño: Resultado del compostaje de
troncos y corteza vegetal. Su PH es igualmente ácido.
Compost: De color pardo oscuro y poco peso. Su origen son
residuos vegetales. PH más o menos neutro.
Turba rubia/negra: Se trata de materia vegetal
descompuesta en ausencia de oxígeno. La turba negra presenta un grado de
descomposición superior al de la turba rubia. Es un material con escaso valor nutritivo para la planta que tiende a
retener la humedad demasiado tiempo cuando está empapado y se vuelve casi impermeable
cuando se seca, propiedades un tanto problemáticas para usar en una mezcla.
2.3.7 Trasplante al sustrato
En el momento
en que se extraen los explantes enraizados de los frascos, están poco adaptados
a crecer en un invernáculo, ya que estos explantes han enraizado y crecido en
ambientes con una humedad relativa muy elevada y generalmente tienen estomas
(estructuras responsables de regular la transpiración y pérdida de agua en la
planta) que no son completamente funcionales frente a descensos de la humedad
relativa, y por lo tanto demasiado lentos para evitar la desecación del
explante.
Crecer en
ambientes tan húmedos también suele implicar la falta de una cutícula con cera
bien desarrollada, que representa la barrera física para evitar la pérdida de
agua a lo largo de toda la superficie de la planta.
Las plántulas
recién enraizadas son sensibles a los cambios ambientales y esto va a depender
del éxito o el fracaso.
2.3.6.4 Preadaptacion y trasplante
Al transcurrir
los días de preaclimatación, las plantas fueron retiradas de la condición in
vitro, para ser trasladadas al sustrato, en invernadero. Las plantas se
retiraron de la condición in vitro, y
sus raíces se lavaron cuidadosamente, para retirar restos adheridos de agar, y
evitar con esto la proliferación de patógenos en el sustrato. Posteriormente se
sumergieron en una mezcla de Benlate más Captan, con una concentración de 1,2
g/l respectivamente por tres minutos.
Para el
trasplante se utilizó como contenedores, vasos de plumavit de 230 ml, los
cuales fueron lavados y asperjados con una solución de hipoclorito de sodio a
1%. En la base de estos contenedores se realizó cuatro perforaciones, para con
ello favorecer el drenaje. Posteriormente, se procedió a llenar los
contenedores a dos tercios de su capacidad con una mezcla de sustrato,
previamente esterilizado en autoclave durante 1 hora con 1,1 bar de presión y
121 ºC. El sustrato correspondió a 40% de tierra de hoja, 14% de tierra y 46%
de arena. Posteriormente, se regó los contenedores y se trasplantó con mucho
cuidado la planta proveniente de la condición in vitro, cuidando de no destruir
raíces en caso de que éstas estuvieran presentes.
2.3.6.3 Enraizamiento
Todos estos
factores hacen que muchos de los laboratorios que trabajan produciendo plantas
in vitro, no realicen el enraizamiento de la microestaquillas in vitro, al
resultar problemático, difícil y caro, ya que el proceso de enraizamiento in
vitro se estima que implica un costo de entre el 35-75% del coste total de la
micropropagación. Por supuesto, no es posible generalizar, ya que la elección
del método de enraizamiento va a depender totalmente de la especie y de sus
características: porcentajes de enraizamiento y supervivencia final, que varían
enormemente de unas especies a otras. Así, cuando el enraizamiento y
aclimatación se pueden realizar simultaáneamente, sin que haya demasiada
pérdida de plantas, tanto los costes como la eficiencia de la producción se ven
muy favorecidas.
2.3.6.2 Crecimiento de yemas adventicias
La formación
de raíces adventicias es un fenómeno que ocurre naturalmente en varias especies
de plantas. Un ejemplo sencillo son las raíces de “zanco”que se forman en el maíz,
así como las numerosas raíces aéreas que se originan en los ficus como Ficus
benjamina y Ficus benghalensis.
La formación
de raíces adventicias en estacas, por
ejemplo, es una respuesta a la lesión ocasionada con la preparación de la
misma. Durante el corte realizado para la obtención de la estaca se lesiona las
células de la superficie cortada quedando expuestos los haces del xilema.
Consecuentemente se produce la cicatrización y regeneración en las siguientes
fases:
Ø Al morir las
células externa lesionada se realiza un proceso de suberificación y
taponamiento del xilema con goma, a fin de evitar la desecación.
Ø Al cabo de
unos días, las células vivas ubicadas debajo de esta placa de corcho empieza a
dividirse y se puede formar una capa de células de parénquima conocida como
callo.
Ø La formación
de raíces adventicias empieza a ocurrir en ciertas células próximas al cambium
vascular y al floema.
2.3.6.1 Formación de callo
Dentro del
proceso de formación de raíces adventicias se ha creído que éste es dependiente
de la formación previa de una masa irregular conformada por células de
parénquima denominada callo. Pero se ha probado que en la mayoría de plantas la
formación de callo es independiente de la formación de raíces adventicias y si
ocurren simultáneamente es debido a que ambos están condicionados por los
mismos factores ambientales que los rodean.
Como en toda
regla, para lo expuesto existe una excepción, y está representada por Pinus radiata, Sedum sp. y Hedera hélix,
en los cuales la formación de callo es precursora de la formación de raíces
adventicias, debido a que estas últimas se originan en el tejido del propio
callo.
2.3.5.4 Humedad relativa
Para realizar
un trasplante de cultivo a sustrato se llevan a cabo cambios fisiológicos tanto
en la adaptación al medio ambiente, pues implica la humedad relativa en este
caso es de 70%, esto lleva a la evaporación y transpiración de agua en la
planta, función que realizan tanto en la epidermis, parénquima y estomas para
la regulación del agua tanto entrada como salida; cuando se presenta calor y aire
o viento seco es menos viable la adaptación de la planta al sustrato y
principalmente al medio. La fotosíntesis, uno de los procesos más importantes
en la planta, tiene que estar estrictamente presente para la adaptación ya sea
permanente o temporal de la plántula, pues implica funciones fisiológicas tanto
en las raíces, hojas, tallos, yemas y demás partes de esta.
2.3.5.3 Temperatura
Al incubar las
yemas axilares provenientes de plantas en campo, en dos temperaturas (5°C y 25°C),
se pudo determinar la más adecuada para la conservación in vitro, ya que los
resultados muestran un 90% de supervivencia después de 90 días a 5°C, contra un
78% de supervivencia al incubarlas a 25°C. A 5°C, tanto el porcentaje de
brotación como la longitud de los brotes, es menor que al incubar las yemas en
la temperatura tradicional de cuarto de cultivo (25°C), se presenta un 10% de
brotación con brotes de 5 mm de longitud en contra de un 90% de brotación y brotes
de hasta 27 mm en 25°C. Los resultados determinan al incubar las yemas a 25°C
son diferentes significativamente a los presentados al incubarse a 5°C lo cual
indica que la temperatura más baja (5°C) es adecuada para la óptima conservación
de yemas axilares, ya que permitió una inhibición en la brotación y no se
presentó el desarrollo de éstos.
2.3.5.2 Intensidad lumínica
Así, en los
vegetales, la duración y la periodicidad en la iluminación tiene una influencia
decisiva sobre la germinación y la duración del crecimiento vegetativo,
necesita intensidad de luz para su máximo desarrollo así llegamos a la
conclusión de que muchos fenómenos vinculados al desarrollo de las plantas
pueden ser activado o no según las horas de luz que reciba.
2.3.5.1 Fotoperiodo
Podemos
definir el fotoperiodo como el conjunto de los procesos mediante los cuales
muchos organismos y vegetales regulan sus funciones biológicas como puede ser
el caso del crecimiento o la reproducción, utilizando como indicador la
alternancia día-noche de los diversos días del año, donde encontramos días de
larga duración y días de menor duración dependiendo de la estación del año y
por lo tanto del ciclo del sol.
Una pequeña
observación es que elementalmente las plantas cultivadas in vitro no
necesitaran tantas horas de luz; pero el mejor fotoperiodo en vivo será también
el mejor fotoperiodo in vitro.
2.3.5 Condiciones de incubación
La incubación de
los cultivos se debe llevar a cabo en condiciones controladas. Por lo menos en
lo que se refiere a temperatura, calidad
e intensidad de luz, fotoperiodo, humedad atmosférica e higiene. Estas
condiciones se logran con el empleo de cámaras climatizadas o cuartos especialmente
preparados con aire acondicionado (frío-calor) y una buena y uniforme
circulación de aire en el interior y dotados de un buen sistema de alarma para
cortar la iluminación en caso de no funcionar el aire acondicionado. En
general, los cultivos son incubados a temperatura constante de 25-28 ºC, con
ciclo de luz/oscuridad de 16/8horas. La luz es
generalmente provista por lámparas fluorescentes del tipo “luz día” con
una irradiancia de entre 50 y 200μmol m-2s-1. La humedad atmosférica debe ser
elevada (80- 90%).
2.3.4.3 Siembra de diferentes medios: sólidos y líquidos
Una forma muy
útil de poder aislar, identificar y conservar los microorganismos es mediante
el uso de medios de cultivo, inicialmente ideados por Pasteur (que como ya
sabemos se considera el padre de la microbiología), quien se dio cuenta que los
microorganismos podían crecer en soluciones que tuvieran azúcar y una fuente de
nitrógeno. De ese tiempo hasta acá, ha pasado mucha agua debajo del puente y
actualmente existen medios muy especializados para microorganismos muy
exigentes. La forma más sencilla de clasificar los medios de cultivo es por su
consistencia…entonces aparecen los medios de cultivo sólidos y los medios de
cultivo líquidos o también llamados caldos. En ambos medios debe haber una
buena cantidad de nutrientes que faciliten el crecimiento bacteriano… y entonces
cual es la diferencia? pues la diferencia radica en la presencia de una
sustancia que se llama Agar o “Agar-Agar” y que es la encargada de darle la
solidez y consistencia al medio. Esta
sustancia proviene, principalmente, de un alga llamada Gelidium, aunque muchos otros géneros pueden servir como fuente de
este polisacárido (es decir, un azúcar grande formado por la unión de azúcares
pequeños). Y como se obtiene del alga?…Se toman sus semillas, se lavan, se
secan, se realizan procesos de extracción, filtración, purificación y
desecación para que queden hojuelas o polvo y luego si adicionarla al medio de
cultivo.
Fue, Robert Koch, médico alemán dedicado al
estudio de los microorganismos y considerado uno de los autores de la “teoría
microbiana”, quien empezó a cultivar y aislar microorganismos. Koch, buscando
mejorar la técnica utilizada hasta ese momento, decidió solidificar los medios
de cultivo añadiéndoles gelatina. Sin embargo, y a sugerencia de una ayudante,
introdujo el agar.
Tiene alguna
ventaja el uno sobre el otro? Pues la
ventaja fundamental de usar un medio de
cultivo líquido, es que permite que crezcan bacterias que se encuentran en muy
poca cantidad, es decir, cuya concentración es muy baja en la muestra que
estemos analizando. Para el caso del medio de cultivo sólido, la ventaja radica
en que permite detectar los diferentes tipos de bacterias que puedan
encontrarse en una sola muestra..….entonces el usar uno u otro medio de cultivo
dependerá de lo que busquemos o queramos: aislar una bacteria que se encuentre
en cantidades muy pequeñas (medio líquido) o todas las bacterias que puedan
haber en una muestra.
2.3.4.1. Desinfeccion del explante
Proceder a la
desinfección superficial de los
explantes mediante el uso de compuestos químicos
con el objeto de eliminar los
microorganismos con el menor daño posible para el explante. Si bien no es posible
recomendar un procedimiento general, se
puede señalar que el procedimiento más
popularizado consiste en una doble
desinfección mediante la inmersión de
los explantes en etanol (70%v/v) durante
20-60 segundos seguido de hipoclorito de
sodio 1 -3%, contenido en el agua de lavandina
comercial, durante 3 a 30 minutos, dependiendo
de la naturaleza del explante. Algunos
procedimientos se basan en el empleo de
únicamente etanol o de hipoclorito de sodio.
Finalmente, es necesario eliminar los restos
de estos productos mediante varios
lavados con agua destilada estéril.
2.3.4 Siembra del explante
Época del año.
Es un factor que suelen tener mucha importancia en la micropropagación y que
generalmente al grado de dormición que
presentan ciertos explantes (yemas, por ejemplo)
y también con la posibilidad de mayor o menor proliferación de microorganismos.
2.3.3.3 Tamaño del explante
En general,
cuanto más grande sea el explante mayores serán las posibilidades de inducir la
proliferación de callos o la
regeneración directa de órganos. Sin embargo, a mayor tamaño de explante
también son mayores las probabilidades de que los cultivos se contaminen con
microorganismos. También es necesario tener en cuenta que existe un tamaño mínimo del explante, que
depende de la especie y del material vegetal,
por debajo del cual no es fácil lograr el establecimiento de los cultivos.
Los explantes muy pequeños suelen requerir
del empleo de medios más complejos o de los denominados medios acondicionados.
2.3.3.2 Posición del explante en la planta
La influencia
de la posición del explante en la planta madre fue demostrada en algunas
especies. En Quercus robur L.
explantes tomados de las regiones basales y apicales producen la menor
frecuencia de formación de vástagos in
vitro y subsecuente multiplicación (Puddephat
et al., 1997). Sin embargo en
Theobroma cacao L. y Hevea brasiliensis
Müll. Arg. El crecimiento de los vástagos in vitro mostró un gradiente,
incrementándose desde al ápice a la base de la rama madre (Lardet et al., 1998). En Sequoia sempervirens (D. Don) Endl., los vástagos formados in vitro de segmentos basales
han sido mejores en términos de crecimiento y en su capacidad rizogénica
comparados con los de la copa (Bon et
al., 1994). En mandioca las estacas apicales ubicadas por arriba de la
primer inflorescencia cultivadas a campo, fueron las que mayor producción de
raíces reservantes dieron, además de adelantar las fechas de brotación y
floración, como su número (Mogilner et
al., 1967).
2.3.3.1 Tipo de explante
Los explantes
desinfectados son trasladados a una cámara de flujo laminar (con aire filtrado,
libre de microorganismos) donde se realizará la transferencia a un medio de
cultivo apropiado (Kyte & Kleyn 1996)
al tipo de especie y las necesidades del cultivo. Una vez que el explante está
en el medio, se sella el rasco de cultivo y se traslada a una cámara de
crecimiento con condiciones de humedad, temperatura y fotoperiodo controladas
para su desarrollo.
Una vez que
los explantes –luego de algunas semanas en la cámara de crecimiento– han
desarrollado algunas raíces y hojas, es el momento de realizar el traspaso al
invernadero. Este es uno de los pasos más difíciles de la técnica, ya que los
explantes in vitro se encuentran en condiciones ambientales muy diferentes y se
alimentan de manera heterotrófica (del medio de cultivo) y el estrés de
adaptación a las condiciones de vivero es muy fuerte (Kyte & Kleyn 1996, Fossard 1999). Un porcentaje de las
plántulas clonadas in vitro no sobrevive al invernadero, pero la parte que si
sobrevive crece ya en condiciones normales y al cabo de unas semanas está lista
para ser trasladada al campo de cultivo.
2.3.3 Explante
Los explantes
son de diversa naturaleza, pueden ser porciones de tejido, células sueltas,
protoplastos, esporas, granos de polen o semillas (Fossard 1999). El tipo de explante a usarse en los procesos de
micropropagación depende de la especie con la que se esté trabajando y de los
objetivos que se persigan. Explantes como los meristemos apicales y las yemas
axilares son genéticamente muy estables, este tipo de explantes sirve para
reproducir múltiples clones de una forma o variedad con características
especiales que se desea mantener en el cultivo. Otros explantes como las yemas
adventicias son más bien genéticamente inestables y producen un alto grado de
variabilidad en los clones, este procedimiento no es útil para la producción de
plántulas con una determinada característica de cultivo, pero si lo es para el
fitomejoramiento, ya que mediante esta variación semi–natural, es posible
obtener nuevas líneas de cultivo.
Una vez que se
ha obtenido el explante, este debe ser correctamente desinfectado para evitar
la proliferación de contaminantes biológicos (bacterias, hongos y levaduras
principalmente) en el medio, los cuales afectan el crecimiento y desarrollo del
explante (Fontúrbel 2001) y compiten
con el mismo deteriorándolo y haciéndolo inservible para cultivo (Kyte & Kleyn 1996).
2.3.2.5 Edad del órgano o tejido vegetal
La edad de las
plantas se expresa de dos formas: la edad ontogenética (juvenilita/madurez) y
la edad fisiológica [Olesen, Sivae Genet.
27: 173, (1.978)].
La juvenilidad
es definida como la condición de una planta previa a la floración o
gametogénesis. Existen una serie de parámetros fenotípicos asociados a la
juvenilidad, como cambios en la capacidad de formación de raíces adventicias;
en la forma, área, volumen y distribución de estomas; en la longitud de los
peciolos; en el volumen del meristemo apical; en la extensión de la actividad
meristemática subapical y en el número de nudos por yema; en el hábito de
crecimiento y longitud de los internudos; en la respuesta a los reguladores de
crecimiento; en la forma del tallo, lignificación, color, producción de
espinas. Además, la capacidad organogénica y la resistencia a enfermedades de
las plantas juveniles pueden ser diferentes de las propias de plantas adultas [Hackett, Hort. Rev., 7:109, (1.985)].
Aunque varios
de estos cambios asociados a la juvenilidad son típicos y observados
normalmente en plantas producidas por cultivo de tejidos, estas vitroplantas
pueden ser inducidas a florar [Scorza,
Hort.Rev., 4:106, (1.982)]. Por lo tanto, las plantas producidas por
cultivo de tejidos, no son verdaderamente juveniles salvo si el tejido original
era juvenil, en casos extremos la madurez del tejido original se mantiene
absolutamente durante el cultivo in vitro y el material de origen juvenil
necesita una fase de maduración normal antes de su transición a la fase adulta.
Entre las
fases juvenil y adulta existe una fase de transición no muy bien conocida y difícil
de delimitar en el tiempo, ya que la maduración es un proceso "a
saltos", es decir que se produce como una suma efectos individuales
interrelacionados, afectando a lo largo del tiempo a distintos parámetros en diverso
grado. Esta fase de transición pues, presenta unas características cualitativas
y temporales enormemente variables dependiendo de la especie.
2.3.2.4 Condiciones de crecimiento de la planta
Para obtener
buenas condiciones de una planta que a sido extraída de un laboratorio por
plantas in vitro debe de mantenerse en buen estado y libre de enfermedades, se
tiene que contar con un invernadero para su aclimatación, el cual debe de
contar con buena humedad relativa una nutrición adecuada mediante formulas para
obtener un optimo desarrollo y buen crecimiento de la planta.
2.3.2.3 Edad de la planta
La vida útil
de una planta madre suele ir de entre 10 a 18 meses, aunque en buenas
condiciones puedan sobrevivir indefinidamente, es frecuente que las
enfermedades radiculares o los hongos acorten su vida a menos de un año. Para
prevenirlo y evitarlo podemos añadir al sustrato microorganismos beneficiosos
(perlas de bacterias y hongos micorrizas) para que se instalen en la rizófera y
refuercen el sistema radicular de nuestras plantas frente al ataque de
enfermedades y hongos patógenos. El uso de insecticidas y fungicidas
preventivos como el jabón potásico, el aceite de neem o la cola de caballo
beneficiarán a nuestras plantas madre y a los clones que cortemos de ellas
ayudándonos a evitar plagas o infecciones indeseadas. Utiliza alguno de estos
productos al menos una vez por semana o cuando cortes esquejes para que estos
estén libres de insectos y enfermedades.
2.3.2.2 Fitosanidad
Las plantas in
vitro que se deben utilizar para la propagación deben estar libres de
contaminación se deben conservar en un lugar serrado y limpio para obtener
plantas sanas en buen estados vegetativos para su propagación, ya que estas son
muy sensibles a plagas y enfermedades patógenas.
2.3.2 Selección de plantas madres
2.3.2.1 Genotipo
El Cannabis,
al ser una planta, puede reproducirse de manera sexual, por medio de la
polinización, y asexualmente, mediante el uso de ciertos órganos de la planta,
los tallos, que son capaces de formar nuevas raíces dando lugar a nuevos
ejemplares (esquejes o clones) idénticos genéticamente a la planta original.
Así que, se
puede decir, que podemos obtener esquejes casi de cualquier planta, aunque una
buena planta madre es sólo aquella planta hembra que ha sido criada y
seleccionada con la finalidad de poder obtener de ella esquejes o clones
idénticos y 100% hembras.
Por ello, sólo
se seleccionan como plantas madre alguna ejemplar hembra con rasgos genéticos
muy concretos y apreciados, como son un crecimiento rápido, una buena
producción, un buen sabor en la fumada, un aroma atractivo, unos efectos
potentes o una alta resistencia a ciertas enfermedades y hongos. De esta forma
podemos cultivar nuestras plantas favoritas y preservar sus genéticas por
tiempo casi indefinido sin que estas pierdan cualidades o se degeneren.
Permitiéndonos cultivar una misma genética por un tiempo casi indefinido, ya
que el esqueje es una réplica genética exacta de la planta madre. Seleccionar y
cultivar plantas madre fuertes y saludables es la clave para mantener una
provisión constante de clones hembra de calidad.
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