domingo, 28 de octubre de 2012

2.3.1.3 Enraizamiento




La última fase del proceso de micropropagación, llamada Fase 3, incluye los procesos de enraizamiento de la microestaquillas obtenidas en la Fase 2 de multiplicación y su aclimatación a las condiciones ex vitro.
Es una práctica corriente realizar in vitro el enraizamiento de la microestaquillas, pero esto produce problemas en muchas ocasiones. Así, Grout y Aston Hort. Res., 17, 1 (1977) observaron cómo tras el enraizamiento in vitro de sus plantas la zona de transición entre la raíz y el tallo era anormal, con unas conexiones vasculares débiles y malformadas, lo que producía problemas en la absorción y circulación de agua desde las raíces al tallo. Esta disfunción se corrige, al menos parcialmente, tras una adecuada aclimatación. En otras ocasiones el problema estriba en que las raíces que crecen en agar son defectuosas, carecen de pelos radicales y suelen necrosarse al trasplantar las plántulas, lo que provoca una parada en el crecimiento de la planta [(Deberg y Maene, Scientia Hort., 14, 335 (1981)]. También se ha observado como las raíces formadas in vitro eran gruesas y con pelos radicales engrosados y anormales, siendo sus sistemas vasculares anómalos, en comparación con raíces formadas en un sustrato arenoso. En las raíces que no mueren durante el proceso de trasplante se producen nuevas raíces laterales y adventicias normales durante el proceso de aclimatación y estas ya crecen activamente. Por ello la razón raíz: tallo siempre es más alta en plantas enraizadas ex vitro que in vitro.
Entre los factores a considerar en el enraizamiento de microestaquillas tanto in vitro como ex vitro están el tamaño de la microestaquilla, su cobertura foliar, los reguladores de crecimiento utilizados en la inducción, y las condiciones medioambientales de temperatura, luz y humedad.























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