2.3.2.1 Genotipo
El Cannabis,
al ser una planta, puede reproducirse de manera sexual, por medio de la
polinización, y asexualmente, mediante el uso de ciertos órganos de la planta,
los tallos, que son capaces de formar nuevas raíces dando lugar a nuevos
ejemplares (esquejes o clones) idénticos genéticamente a la planta original.
Así que, se
puede decir, que podemos obtener esquejes casi de cualquier planta, aunque una
buena planta madre es sólo aquella planta hembra que ha sido criada y
seleccionada con la finalidad de poder obtener de ella esquejes o clones
idénticos y 100% hembras.
Por ello, sólo
se seleccionan como plantas madre alguna ejemplar hembra con rasgos genéticos
muy concretos y apreciados, como son un crecimiento rápido, una buena
producción, un buen sabor en la fumada, un aroma atractivo, unos efectos
potentes o una alta resistencia a ciertas enfermedades y hongos. De esta forma
podemos cultivar nuestras plantas favoritas y preservar sus genéticas por
tiempo casi indefinido sin que estas pierdan cualidades o se degeneren.
Permitiéndonos cultivar una misma genética por un tiempo casi indefinido, ya
que el esqueje es una réplica genética exacta de la planta madre. Seleccionar y
cultivar plantas madre fuertes y saludables es la clave para mantener una
provisión constante de clones hembra de calidad.
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